La sociedad Impulsa Galicia ideó un proyecto de fábrica de celulosa y lyocell y luego eligió a la empresa lusa Altri para llevarlo a cabo, firmando el famoso memorando de entendimiento cuyo contenido aún desconocemos:
Esta empresa también está detrás de los numerosos proyectos de biogás que se quieren implantar en Galicia, como el de Coeses (Lugo) o el de Antas de Ulla:
Impulsa Galicia reclama al Gobierno primas al biogás para el proyecto de la planta de purines
Impulsa Galicia es una sociedad público-privada promovida por la Xunta de Galicia (40%), en la que también participan ABANCA (38%), REGANOSA (12%) y SOGAMA (10%). Por otra parte, GADISA posee el 59,65% de REGANOSA y NATURGY posee el 49% de SOGAMA.
https://impulsa.gal/es/somos/
https://www.reganosa.com/servicios/accionistas/
https://www.sogama.gal/es/quienes-somos
Tras la Xunta, el principal actor de Impulsa Galicia es Abanca, que también podría financiar parcialmente el proyecto de macrocelulosa en Palas de Rei, lo que le convierte en uno de los principales actores privados vinculados a este proyecto. GADISA forma parte del grupo empresarial Tojeiro con intereses en diversas actividades económicas, que van desde la distribución de alimentos (supermercados Gadis), hasta empresas vinculadas al sector forestal como INTASA, Unión de Empresas Madereiras, Eume Madeiras y Caleras de Moeche.
Prueba de la importancia del sector forestal en GADISA es que en 2022 mantuvo conversaciones para participar en la fábrica que Altri pretende instalar en Palas de Rei.
Tojeiro, la potencia maderera discreta
Además, como propietaria de casi el 60% de Reganosa, GADISA se beneficiaría directamente de la instalación de Altri, ya que pretende abastecerla de hidrógeno verde en el futuro.
Como consumidores y usuarios de servicios tenemos mayor poder que como votantes, de lo que a menudo no somos conscientes. Elegimos políticos que están en mayor o menor medida sujetos a los poderes económicos, a los que muchas veces favorecen en detrimento de los ciudadanos, hecho fomentado por las famosas puertas giratorias. Podemos practicar el activismo como consumidores e ir directamente contra aquellos poderes económicos que nos gobiernan en la sombra, castigando sus conductas contrarias al bien común. Para las empresas, una pequeña pérdida de cuota de mercado puede ser mucho más costosa que volverse socialmente responsable.
El papel de los gobiernos se ha reducido al de guardianes de los intereses corporativos. Si la democracia representativa se ha convertido en una parodia de lo que debería ser, debemos sustituirla por una democracia directa y participativa desde abajo, sin que eso implique por
supuesto rechazar las estructuras democráticas actuales, pero debemos transformarlas para que funcionen para el interés público y nunca para el interés privado. Una democracia que beneficia a una minoría a expensas de la mayoría no aboga por un sistema
democrático sino oligárquico. Quienes consideran políticamente incorrecto boicotear una empresa se basan en un argumento cínico, ya que las corporaciones y los gobiernos están constantemente violando la legislación y destruyendo cualquier posibilidad de un medio ambiente sostenible, por lo que el gasto de los consumidores es un recurso muy legítimo y efectivo para obligar a las corporaciones a cambiar sus hábitos.
Hay numerosos ejemplos de cambios impulsados por el consumidor en grandes empresas y multinacionales. Mencionaremos algunos:
1) Los huevos de gallinas enjauladas están desapareciendo de los supermercados debido a la presión de los consumidores:
2) Los grandes fabricantes agroalimentarios están abandonando el aceite de palma debido a las reacciones de los consumidores al conocer sus efectos nocivos para la salud, además de que su producción provoca la deforestación de zonas nativas para plantaciones de palma o la destrucción del hábitat de los orangutanes:
Grandes fabricantes agroalimentarios abandonan el aceite de palma pero se olvidan del oliva
3) Nike exigió a una empresa proveedora en México que aceptase el derecho de los trabajadores a asociarse libremente después de que estudiantes universitarios estadounidenses organizaran un boicot contra todos sus productos, al enterarse de que el subcontratista solo permitía la existencia de un sindicato corrupto y controlado corporativamente:
https://www.jussemper.org/Inicio/Recursos/Poderconsumlogicamerc.pdf página 14
Cada vez que compramos un producto o servicio, con nuestro dinero estamos eligiendo qué tipo de empresas queremos apoyar con él, estamos eligiendo el mundo en el que queremos vivir y el futuro que queremos dejar a las futuras generaciones.
Por eso desde Ecoloxistas Galicia “Atlántica e Verde” hacemos un llamamiento, como señal de protesta, a boicotear a estas empresas que colaboran y favorecen el proyecto Altri en Galicia mediante las siguientes acciones:
1) Retirar los fondos y, si es posible, cancelar las cuentas en la entidad financiera ABANCA, indicando el motivo. En el concepto de la transferencia podemos indicar “Por qué Abanca apoya a Altri” o “Boicot a Abanca Altri Non”. Una alternativa podría ser la Caixa Rural Galega, una cooperativa de crédito con fuertes vínculos con Galicia y el mundo rural gallego, amenazada por el proyecto de la pastera. Las cooperativas de crédito son organizaciones sin fines de lucro, en las que las ganancias se devuelven a los miembros en forma de tarifas reducidas, tasas de ahorro más altas y tasas de préstamo más bajas.
https://espanol.mycreditunion.gov/about/what-credit-union
2) Eliminar a Gadis de la lista de supermercados en los que compramos. La mejor alternativa son los pequeños comercios y mercados de barrio.
3) Cambiar la compañía suministradora/comercializadora de electricidad de Naturgy a, por ejemplo, A Nosa Enerxía. El boicot propuesto desde ECOLOXISTAS GALICIA “Atlántica e Verde”, es una manera de decir #AltriNo y #BiogásNo, quizás incluso más efectivo que cualquier manifestación pormasiva que sea, porque vamos a sus bolsillos, que es donde más les duele.